¿ Era gnóstico Pablo?
Los misterios de Jesús
Timothy Freke y Peter Gandy
El origen oculto de la religión cristiana
Timothy Freke es doctor en filosofía y tiene en su haber más de veinte libros dedicados a la religión y la espiritualidad, Peter Gañid es un experto en civilizaciones antiguas y ha colaborado con el doctor Freke en tres ocasiones, Suyos son los textos The Complemente Guide to World Mysticims, Hermetica: The Lost Wisdom of the Pharaons, y The Wisdom of the Pagan Philosophers.
HUELLAS
PERDIDAS
¿ Era gnóstico Pablo?
Gran parte de lo que pasa por interpretación «histórica» de Pablo y por análisis «objetivo» de sus epístolas tiene su origen en los heresiólogos del siglo u. Si el apóstol era tan inequívocamente antignóstico, ¿cómo podían afirmar los gnósticos que era su gran maestro pneumático? ¿Cómo podían decir que seguían su ejemplo al ofrecer enseñanzas secretas de sabiduría y gnosis «a los iniciados»? ¿Cómo podían afirmar que la teología paulina de la resurrección era el origen de la suya y citar las palabras de Pablo como prueba decisiva contra la doctrina eclesiástica de la resurrección del cuerpo?1
ELAINE PAGELS
SAN PABLO ES EL CRISTIANO más influyente de todos los tiempos. En el Nuevo Testamento hay trece epístolas que se atribuyen a él y representa una cuarta parte del total de las Escrituras canónicas del cristianismo. Además, la mayor parte del libro de los Hechos de los Apóstoles trata de historias relacionadas con Pablo. Pero ¿quién es Pablo?
La tradición presenta a Pablo como bastión de la ortodoxia y cruzado contra los herejes gnósticos. Pese a ello, llama la atención que los propios gnósticos nunca tuvieran este concepto de él. Todo lo contrario: los grandes sabios gnósticos de comienzos del siglo II d.n.e. llamaban a Pablo «el Gran Apóstol»2 y lo honraban como inspiración principal del cristianismo gnóstico. Valentín explica que Pablo inició a los pocos elegidos en los «misterios más profundos» del cristianismo que revelaron una
Los MISTERIOS DE JESÚS
doctrina secreta de Dios. Entre estos iniciados se encontraba el maestro de Valentín, Teudas, que a su vez había iniciado al propio Valentín.3
Muchos grupos gnósticos afirmaban que Pablo era su padre fundador y los gnósticos que se llamaban a sí mismos «paulinos» continua ron floreciendo, a pesar de la incesante persecución de que eran objeto por parte de la Iglesia romana, hasta finales del siglo x 4. Pablo escribió sus epístolas a las iglesias de siete ciudades que hoy sabemos que fueron centros de cristianismo gnóstico durante el siglo u. A la cabeza de estas comunidades cristianas se encontraba el sabio gnóstico Marción, que consideraba a Pablo el único apóstol verdadero.5 Una cosa es segura: si Pablo era realmente tan contrario al gnosticismo como decían los literalistas, es asombroso que se le cite en tantos textos gnósticos o, de hecho, que se le atribuyan tales textos. Los seguidores de Marción incluso tenían un evangelio que, según ellos, fue escrito por Pablo 6. Entre los textos encontrados en Nag Hammadi se hallan los que llevan por título la Oración del apóstol Pablo y el Apocalipsis de Pablo 7. Un escrito titulado la Ascensión de Pablo deja constancia de las «palabras inefables, que no está permitido que un hombre pronuncie», que oyó Pablo durante su famosa ascensión al tercer cielo a la que el apóstol alude en su epístola a los corintios 8. Otro texto, cuyo título es Hechos de Pablo, presenta a Pablo viajando con una compañera llamada Tecla, ¡una mujer que bautizaba! 9
¿ Pablo auténtico?
¿Quién es el Pablo auténtico? ¿Es posible que fuera uno de ellos, como afirmaban los gnósticos? Ya hemos comentado que los estudiosos de hoy opinan que muchas de las epístolas atribuidas a Pablo son falsas 10 De las trece epístolas que contiene el Nuevo Testamento, sólo siete se aceptan hoy como auténticas en su mayor parte.11
Como mencionamos antes, la opinión general es que las epístolas a Timoteo y a Tito, las llamadas «pastorales», son falsas. Estudios realizados con ordenadores han confirmado de forma indudable que el autor de las pastorales no es el de las epístolas a los Galatas, los Romanos y los Corintios, que se consideran escritas realmente por Pablo.12 En la colección más antigua de epístolas atribuidas a Pablo no están las pastorales. 13 De hecho, ni siquiera oímos hablar de las pastorales hasta Ireneo (c. 190). No aparecen como parte del canon cristiano hasta después de esta fecha, siempre formando un grupo, y cristianos de todas las creencias suelen rechazarlas por falsas. Ni tan siquiera Eusebio, el gran propagandista ortodoxo, las incluye en su Biblia (c. 325).15
Este detalle es importante, toda vez que sólo en las pastorales se muestra Pablo contrario a los gnósticos. 16 A diferencia de las epístolas paulinas auténticas, las pastorales presentan a Pablo como organizador de la Iglesia, puntal de su disciplina y enemigo inquebrantable de todos los herejes. 17 Condena los mitos gnósticos como «fábulas profanas y cuentos de viejas» 18 y recomienda a sus seguidores que no presten «su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios» 19. Obvia mente, a finales del siglo u la imagen de Pablo como maestro gnóstico ya era una amenaza suficiente para que alguien sintiese la necesidad de responder a ella creando un Pablo indiscutiblemente literalista.
Este Pablo es creado para dar consejos específicos: «Guarda el propósito de la fe. Evitando las palabrerías profanas, y también las objeciones de la falsa ciencia; algunos que la profesaban se han apartado de la fe». 20 También nos lo muestran autoritario cuando impone el poder de la jerarquía de la Iglesia, y escribe: «A los culpables, reprende los delante de todos, para que los demás cobren temor» 21. Ataca en particular a «Himeneo y Fileto», dos maestros gnósticos que «se han desviado de la verdad» y enseñan la doctrina gnóstica afirmando «que la resurrección ya ha sucedido»;22 ¡aunque en sus epístolas auténticas Pablo afirma que él mismo ya ha «resucitado»! Y pese a que existía
una tradición muy extendida según la cual Pablo viajaba con una mujer que bautizaba,23 también se le hace atacar la costumbre gnóstica de tratar a las mujeres como a iguales de los hombres: «La mujer oiga la instrucción en silencio, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe ni que domine al hombre » 24
Al finales del siglo u, pues, los cristianos literalistas presentan a Pablo como antignóstico y autoritario. Se da por sentado que esto era históricamente cierto, pero en realidad es sólo la perspectiva de los cristianos literalistas.25 Sólo unos cuantos decenios antes, sin embargo, opinaban lo contrario: en la primera mitad del siglo u unas epístolas atribuidas a Clemente, el obispo de Roma, atacan vigorosamente a Pablo por ¡hereje desviado!26 Estas epístolas presentan a Pedro negando con vehemencia la condición de apóstol de Pablo porque sólo se podía considerar apóstol a quien hubiera presenciado la resurrección y Pablo no vio realmente al Cristo resucitado. Al parecer, la visión de Jesús que
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Pablo tuvo en el camino de Damasco no sólo no es válida, ¡sino que es una revelación de un demonio malvado o de un espíritu mentiroso!27 Se afirma que Jesús está «enojado» con Pablo, que es su «adversario» porque lo que predica «contradice» sus enseñanzas.28 Pedro escribe sobre Pablo y dice que es su «enemigo» y que ha convencido a algunos de los gentiles para que rechacen la ley judía y abracen «enseñanzas necias» que están «fuera de la ley». Pablo es acusado de crear un evangelio herético y los auténticos apóstoles de Jesús tienen que enviar en secreto un «evangelio verdadero» para corregir estas herejías. 29 Al igual que su contemporáneo el archihereje Simón Mago, Pablo, inspirado por Satanás, pretende dividir a la comunidad cristiana. 30 ¡Es un hombre peligroso que debería ser expulsado de la Iglesia! 31
Pablo y los misterios paganos
Si podemos deshacernos de la imagen tradicional de Pablo y examinar los datos con imparcialidad, esta retórica contra Pablo es como prensible, ya que en sus epístolas se advierten claras influencias gnósticas y paganas. Pablo es un judío que ha abrazado la cultura griega, a la sazón omnipresente. Escribe en griego, su primera lengua. Sus citas proceden exclusivamente de la versión griega del Antiguo Testamento. Su ministerio va dirigido a las ciudades paganas dominadas por la cultura griega.32 Una de éstas, Antioquía, era un centro de los misterios de Adonis; Éfeso, de los de Atis; y Corinto, de los de Dioniso.33 Pablo era natural de Tarso, en Asia Menor, que en aquel entonces ya había superado incluso a Atenas y Alejandría y era el centro principal de la filosofía pagana.34 Era en Tarso donde los misterios de Mitra tenían su origen, así que hubiera sido impensable que Pablo no se percatase de las notables semejanzas, que ya hemos examinado, entre las doctrinas cristianas y las enseñanzas del mitraísmo.35
Pablo emplea con frecuencia términos y expresiones procedentes de los misterios paganos, tales como pneuma (espíritu), gnosis (conocimiento divino), doxa (gloria), sophia (sabiduría), teleioi (los iniciados), 36 etcétera. Aconseja a sus seguidores que aspiren «a los carismas superiores» 37. La palabra «carisma» se deriva del término histórico makarismos, que se refiere a la naturaleza bendita de quien ha visto los misterios.38 Incluso dice que es uno de los «administradores de los misterios de Dios»39, que es el nombre técnico de un sacerdote en los misterios de Serapis.40
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
Pablo cita al sabio pagano Arato, que había vivido en Tarso varios siglos antes, y describe a Dios diciendo que «en él vivimos, nos movemos y existimos». 41 También enseña doctrinas mistéricas.42 Al igual que el sabio pagano Sócrates, a quien se consideraba sabio porque sabía que no sabía nada,43 Pablo enseña: «Si alguien cree conocer algo, aún no lo conoce como se debe conocer».44 Del mismo modo que Platón había escrito que ahora sólo vemos la realidad «en un espejo con fusamente», 45 también Pablo escribe: «Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara».46
Este famoso pasaje de Pablo también se ha traducido así: «Hoy lo único que vemos es el desconcertante reflejo de la realidad; somos como hombres que contemplan un paisaje en un pequeño espejo. Llegará un día en que veremos la realidad completa y cara a cara».47 Esta traducción destaca de forma clara la naturaleza platónica de las enseñanzas de Pablo. Platón había utilizado la imagen de los prisioneros atrapados en una cueva que sólo pueden ver las sombras del mundo exterior proyectadas sobre las paredes como alegoría de nuestra actual condición al tomar por real lo que, de hecho, es sólo un reflejo de la realidad última.48 Para Platón, como para Pablo: «En la actualidad lo
único que vemos es el desconcertante reflejo de la realidad».
Platón proclama que los filósofos son los que son liberados de la cueva y salen al exterior y ven por sí mismos la realidad de la deslumbrante luz del día: «cara a cara»49. Esta expresión es una fórmula ritual de los misterios paganos. En Las bacantes leemos: «Me dio estos misterios cara a cara». Lucio Apuleyo escribe acerca de su iniciación:
«Penetré en la presencia misma de los dioses de abajo y los dioses de arriba, donde rendí culto cara a cara».50 Justino Mártir reconoce que:
«El objetivo del platonismo es ver a Dios cara a cara».51 Platón des cribe cómo en el templo de la «verdadera tierra», que existe en el reino de las ideas y de la cual esta tierra no es más que una imagen, «la comunión con los dioses se hace cara a cara».52
El Pablo gnóstico
El Jesús de Pablo es el dios hombre místico de los gnósticos y no la figura histórica de los literalistas. El único lugar donde Pablo parece tratar a Jesús como figura histórica es en la Epístola a Timoteo, donde escribe acerca de «Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio», pero esta epístola es una falsificación. 53 El auténtico Pablo predica la doctrina gnóstica del ilusionismo y afirma que Jesús no vino como persona, sino «en una carne semejante».54
En las epístolas de Pablo abundan estas doctrinas tan claramente gnósticas. ¿Cuántos cristianos modernos se han preguntado cuál puede ser el significado de la famosa afirmación de Pablo de que había ascendido hasta el tercer cielo? Esta afirmación no llenaría de desconcierto a un gnóstico o un iniciado en los misterios paganos, porque a ambos les habrían enseñado que hay siete cielos vinculados a los siete cuerpos celestiales: los cinco planetas visibles y la Luna y el Sol.55
Al igual que los gnósticos, Pablo muestra un gran desdén por los aspectos externos de la religión: ceremonias, días santos, reglas y preceptos.56 Al igual que los gnósticos, afirma que los verdaderos cristianos se vuelven como Cristo: al no llevar «un velo sobre el rostro», reflejan «como en un espejo la gloria del Señor», y de esta manera se transforman «en esa misma imagen, cada vez más gloriosos».57
Los gnósticos veían a Pablo como un maestro de las iniciaciones «pneumáticas» secretas. En su Epístola a los Romanos, Pablo escribe:
«Ansío veros, a fin de comunicaros cierto carisma pneumático que os fortalezca»,58 del cual dice: «pues no quiero que ignoréis».59 Si Pablo quiere compartir urgentemente algo con los destinatarios de su epístola, ¿por qué no lo dice en ella? Para los gnósticos la respuesta es que el «carisma pneumático» es una iniciación que Pablo sólo puede transmitir en persona y «en secreto”.60 Escribe Pablo: «Como dicen las Escrituras, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que lo aman». 61 Sin duda los iniciados reconocerían estas palabras como una fórmula mistérica que se pronunciaba en el momento de la iniciación. El voto de guardar el secreto que hacían los seguidores del sabio gnóstico Justino incluía estas palabras y, entre otros lugares, también aparecen en el Evangelio de Tomás, donde Jesús ofrece: «Os daré lo que ningún ojo ha visto, y lo que ningún oído ha escuchado y lo que ninguna mano ha tocado, y lo que nunca se le ha ocurrido a la mente humana».62
Una traducción deficiente es lo único que impide ver que en las epístolas de Pablo hay muchas expresiones y enseñanzas que son característicamente gnósticas. Por ejemplo, los valentinianos afirman que Pablo iniciaba a los cristianos en el «misterio de Sofía», que probablemente incluía el mito de la caída y la redención de la diosa, y citan como prueba su Primera Epístola a los Corintios, en la cual escribe:
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
«Hablamos de sabiduría entre los iniciados».63 Si el lector se pregunta por qué nunca había encontrado esta afirmación decididamente gnóstica de Pablo, la respuesta es porque suele traducirse por «Hablamos de sabiduría entre los perfectos», ¡lo cual no tiene mucho sentido pero al menos parece ortodoxo!
La traducción habitual continúa:
Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, abocados a la ruina; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo —pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria.64
Esta traducción, suponiendo que sea inteligible, tergiversa mucho el sentido real de las palabras de Pablo. Un estudioso actual explica:
El verdadero significado de este pasaje queda oscurecido en dos puntos de la mayor importancia. La palabra griega que aquí se ha traducido por «mundo», individualmente en sus formas singular o plural, es aion, que no se refiere a este mundo físico o Tierra, sino al «tiempo» o la «edad». Por consiguiente, el empleo aquí de aion por parte de Pablo demuestra que pensaba en un sistema esotérico de «edades del mundo». Seguidamente, las palabras que se han traducido por «los príncipes de este mundo» (archon tes tou aionos toutou) no se refieren, como se supone vulgarmente, a las autoridades romanas y judías que condenaron a Jesús a muerte, sino a se res demoníacos que se asociaban con los planetas y, según se creía, gobernaban la vida de los hombres en la Tierra.
En este pasaje, pues, encontramos a Pablo explicando que, antes del principio de una serie de edades del mundo, Dios decidió enviar al mundo, por el bien de la humanidad, a un ser divino preexistente al que los príncipes demoníacos, no percatándose de su verdadera naturaleza, ejecutaron y con ello de algún modo se confundieron. En pocas palabras, Pablo imaginaba a la humanidad esclavizada por seres demoníacos y relacionados con fenómenos astrales, a los que describe utilizando diversos términos tales como archontes tou aionos toutou y stoicheia tou kosmou («los pode res elementales del universo»). En consecuencia, la humanidad había sido rescatada de esta esclavitud mortal por el ser divino, al que, encarnado en la persona de Jesús, habían crucificado erróneamente estos archontes, que, es de suponer, al excederse involuntariamente en sus derechos, perdieron su control sobre los hombres.65
Los MISTERIOS DE JESÚS
¡Esto no es el cristianismo tal como lo conocemos hoy! Lo que hace Pablo es predicar el gnosticismo.
Pablo escribe sobre una «gnosis» que puede enseñarse sólo a los «plenamente iniciados». 66 Ofrece una plegaria pidiendo que «vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto».67 Escribe sobre «Dios, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y la gnosis» y sobre «la gnosis del misterio de Dios».68 Al igual que un iniciado gnóstico, Pablo afirma: «Como me fue comunicado por una revelación el conocimiento del misterio».69 Al igual que un gnóstico defendiendo el secreto de los misterios interiores, asevera que ha oído «palabras inefables que el hombre no puede pronunciar.”70 Al igual que un gnóstico, hace hincapié en la comprensión y no en el dogma, y escribe: «Pues la letra mata mas el Espíritu da vida».71 Y, al igual que un gnóstico, dice que las historias que aparecen en las Escrituras son «alegorías»72 y que las «cosas sucedieron de forma figurada».73.
El apóstol de la resurrección
Los cristianos literalistas citaban a Pablo para probar su extraña creencia de que cuando se produjera la segunda venida los muertos saldrían de los sepulcros en sus cuerpos físicos.74 No obstante, es claro que la perspectiva de Pablo era muy diferente. Al igual que los gnósticos, ve la resurrección como un acontecimiento espiritual. Escribe categóricamente: «La carne y la sangre no pueden heredar el reino de los Cielos».75
El sabio gnóstico Teodoto llama a Pablo «el apóstol de la resurrección».76 Al igual que los gnósticos, Pablo no concibe la resurrección como un acontecimiento futuro prometido, sino como una experiencia espiritual que puede suceder ahora mismo. Escribe: «Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de la salvación».77 Su mensaje es claramente místico y alegórico: escribe sobre «resucitar» y «sentar- se en los cielos con Cristo Jesús», no como si se tratara de una recompensa que se espera en la otra vida, sino como algo que él y otros iniciados cristianos ya han experimentado.78
Como los gnósticos, Pablo predica que la pasión de Jesús no es un acontecimiento del pasado, sino una realidad mística eterna. Participando en la muerte y la resurrección de Jesús cada iniciado cristiano puede morir para su yo inferior y resucitar como el Cristo o el logos.79
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
En la Epístola a los Filipenses, Pablo escribe: «Y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos».80 En la Epístola a los Galatas escribe: «Con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí».81 En la Epístola a los Romanos interpreta alegóricamente la pasión de Jesús y escribe:
¿O es que ignoráis que cuantos fuimos iniciados en Cristo Jesús, fuimos iniciados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por la iniciación en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. Porque si nos hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido este cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado.82
En la Epístola a los Colosenses, Pablo dice que Dios le ha encomendado la tarea de dar «cumplimiento» a su palabra; de anunciar «el misterio escondido desde siglos y generaciones» y que ahora se revela a los elegidos de Dios. ¿Y cuál es este gran misterio? ¿Es, como cabía esperar de un apóstol ortodoxo, la «buena nueva» de que Jesús había venido realmente a la Tierra, había hecho milagros, había muerto por nuestros pecados y había vuelto de entre los muertos? ¡No! Es el eter no misticismo de los gnósticos y los misterios paganos: que dentro de cada uno de nosotros está la única alma del universo, el logos, el daemon universal, la mente de Dios. Escribe Pablo que el secreto es: «Cristo entre vosotros».83
Cuando Pablo describe la famosa visión de Jesús que tuvo en el camino de Damasco es significativo que no diga: «Dios reveló su Hijo a mí», como esperaríamos de un cristiano literalista. En vez de ello, dice que Dios «tuvo a bien revelar en mí a su hijo».84
El Jesús de Pablo no es una figura histórica, sino un símbolo del daemon universal de quien todos somos miembros. Pablo afirma: «Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo».85 En la Epístola a los Efesios predica: «Hablad con verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros».86
Los MISTERIOS DE JESÚS
Los gnósticos afirmaban que, según Pablo, ver a Jesús como hombre de carne y sangre era sólo una etapa transitoria para los principiantes: los misterios exteriores para los cristianos psíquicos. Los cristianos pneumáticos iniciados en los misterios interiores comprendían el significado alegórico de la historia de Jesús. Los gnósticos decían que Pablo se refiere a este cambio de perspectiva por medio de la iniciación en los misterios interiores cuando escribe: «Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no lo conocemos así».87 Dado que Pablo nunca afirmó haber conocido a un Jesús histórico «según la carne», ¡es en ver dad difícil ver qué otra cosa pudo querer decir!
Enseñanzas psíquicas y pneumáticas
Así pues, ¿cómo pudo Pablo llegar a ser el héroe tanto de los gnósticos como de los literalistas? Los gnósticos, como ya hemos visto, pro clamaban que la historia de Jesús cumple una doble función: es un re lato introductorio dirigido a los cristianos psíquicos que se han iniciado en los misterios exteriores y una alegoría mística para los cristianos pneumáticos que se han iniciado en los misterios interiores. Aunque se interpretaba de dos formas totalmente distintas, la historia seguía siendo la misma. Según los gnósticos, las epístolas de Pablo también estaban pensadas para cumplir dos funciones. Como dice el sabio gnóstico Teodoto, Pablo «enseñaba de dos maneras a la vez».88
Teodoto afirma que Pablo reconocía que «cada cual conoce al Señor a su manera propia; y no todos lo conocen igual».89 Así que, por un lado, predicaba al salvador «según la carne» como uno «que nació y sufrió». Este «evangelio kerygmático» del «Cristo crucificado» se lo enseñaba a los cristianos psíquicos «porque esto eran capaces de conocerlo».90 Pero ante los cristianos pneumáticos proclamaba a Cristo «pneumáticamente» o «según el Espíritu».91 En cada nivel de iniciación el iniciado tomaría de estas enseñanzas lo que pudiera oír por ser lo bastante sabio para oírlo. El propio Pablo escribe:
El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no las puede conocer pues sólo espiritualmente pueden ser juzgadas. En cambio, el hombre de espíritu lo juzga todo.92
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
Los gnósticos afirmaban que, como las parábolas del evangelio, las epístolas de Pablo llevaban enseñanzas secretas cifradas para que los lectores no iniciados oyeran una cosa y los iniciados, otra. Sólo los iniciados en las enseñanzas orales secretas de los misterios interiores eran capaces de comprender el significado profundo de las palabras de Pablo. Como escribe Elaine Pageis:
Los valentinianos afirman que la mayoría de los cristianos comete el error de leer las Escrituras sólo literalmente. Ellos mismos, por medio de su iniciación en la gnosis, aprendieron a leer las epístolas de Pablo (como leen todas las Escrituras) en el nivel simbólico, como dicen que Pablo que ría que las leyesen. Sólo esta lectura pneumática proporciona «la verdad» en vez de su mera «imagen» exterior. 93
Los seguidores de Valentín descifraban automáticamente el significado alegórico de las epístolas de Pablo para mostrar su sentido oculto. Por ejemplo, en sus epístolas a los romanos Pablo usa una sencilla situación cotidiana —la relación entre judíos y gentiles— como parábola de la relación entre cristianos psíquicos y pneumáticos. Un inicia do en los misterios interiores comprendería que donde Pablo escribe «judíos» quiere decir «cristianos psíquicos», y donde escribe «gentiles» quiere decir «cristianos pneumáticos». Además de «gentiles», las otras palabras clave que usa Pablo cuando quiere decir «cristianos pneumáticos»94 son «los no cincurcisos», «los griegos», «judíos por dentro», «judíos en secreto» y «el verdadero Israel».95
En un sorprendente pasaje de su Primera Epístola a los Corintios, Pablo escribe en tono decepcionado que quería impartir a sus seguido res enseñanzas pneumáticas, pero se encontró con que estaban sólo en un nivel «sárxico» de conciencia (término que es sinónimo de «hílico» y significa el nivel más bajo de la conciencia humana). Así que se ve obligado a enseñar a sus alumnos sólo la más básica de las doctrinas cristianas:
Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a «sárxicos», como a niños en Cristo. Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aún lo soportáis en el presente; pues todavía sois «sárxicos». Porque, mientras haya entre vosotros envidia y discordia, ¿no es verdad que sois «sarxicos>’? 96
Los MISTERIOS DE JESÚS
Pablo se impacienta al ver que sus seguidores aún no están preparados para ir más allá de las enseñanzas elementales. En su Epístola a los Hebreos escribe:
Por eso dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevé- monos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al hijo de Dios.97
La «enseñanza elemental» que Pablo quiere que sus discípulos dejen atrás, como esperaría un gnóstico, incluye el arrepentimiento, la fe, el bautismo, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno: todos los rituales y dogmas que tanto valor tienen para la Iglesia literalista. Para los gnósticos eran sólo los misterios exteriores psíquicos del cristianismo. Pablo quiere que sus discípulos, después de gustar el aliento santo de la iniciación pneumática, avancen hacia el nivel pneumático de comprensión por completo y dejen atrás tales preocupaciones psíquicas.
Pablo y Jehová
Al igual que los gnósticos, Pablo enseña que los misterios de Jesús sustituyen la ley del díos judío, Jehová.98 ¡Jesús ha dado a los judíos un nuevo pacto o acuerdo con Dios, y Pablo no oculta la mala opinión que tiene del acuerdo viejo y superfluo que es el judaísmo tradicional!99 Así, escribe: «Al decir nueva, declaró anticuada la primera; y lo anticuado y viejo está a punto de cesar».100 Al igual que los gnósticos, Pablo no predica la servidumbre moral a la ley, sino la libertad espiritual por medio de la gnosis. Declara: «Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad».101 Para Pablo: «Nada hay de suyo impuro» 102 Gnósticos posteriores como, por ejemplo, Carpócrates, citan a Pablo para defender sus propias doctrinas de la moral natural contra quienes los acusan de inmoralidad. ¡Después de todo, fue Pablo, y no algún hereje gnóstico «chiflado», quien proclamó: «Todo me es lícito»! 103
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
Hasta se atreve Pablo a declarar que la ley (Torah) tradicionalmente sagrada de Jehová, la base misma de la religión judía, es una maldición, y escribe: «Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición»,104 y «Cristo nos rescató de la maldición de la ley».105 Para Pablo, como para lo gnósticos, el iniciado cristiano puede ser redimido de la ley (“Torah”) y liberado compartiendo el sufrimiento y la resurrección de Cristo: «Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados».106
Pablo afirma que la ley es el fruto del «mediador». ¿Qué pretende al llamar «mediador» a Jehová, que es supuestamente el único Dios y creador de todas las cosas? ¿Mediador entre qué y qué? Los literalistas no tienen respuesta para esta pregunta, pero los gnósticos reconocen inmediatamente que lo que hace Pablo es enseñar la doctrina gnóstica según la cual Jehová es el «demiurgo», un dios menor que media entre el inefable Dios supremo y la creación. Ciertamente, Pablo no considera que Jehová sea el Dios verdadero, porque continúa diciendo:
«Cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo».107
Según Pablo, las personas que no comprenden el evangelio que él predica son «incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo».108 En muchas traducciones de sus epístolas, el encargado de la edición añade aquí una pequeña nota que explica las misteriosas palabras «el Dios de este mundo». Generalmente, la interpretación ortodoxa de estas palabras dice que Pablo se refiere al diablo, ¡pero no explica por qué llama «dios» a un ángel perverso! Para los gnósticos lo que quería decir Pablo resultaba obvio. Se refería a Jehová, el dios menor de los judíos, cuyos años de gobierno de los judíos tocaban a su fin y que iba a ser abandonado para poner en su lugar al verdadero e inefable Dios de Jesús y Platón.
Los falsos circuncisos
Se ha comprobado que las epístolas de Pablo contra los gnósticos son falsas, pero sus epístolas auténticas se oponen a otros elementos de la primitiva Iglesia cristiana que predica «otro Jesús” 109 Con todo, no son herejes gnósticos, sino cristianos projudíos que creen que la Iglesia debería mantener la antigua costumbre judía de la circuncisión y honrar la ley de Jehová.
Pablo los ataca con pasión. En su Epístola a los Filipenses advierte:
Los MISTERIOS DE JESÚS
«Atención a los perros, atención a los obreros malos, atención a los falsos circuncisos».110 En su Epístola a los Gálatas proclama: «Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada»111 y dice en son de broma: « se mutilaran los que os perturban!» 112
Lo que caracteriza los misterios que predica Pablo no son semejantes prácticas exteriores de los rituales religiosos, sino las cualidades pneumáticas interiores. Afirma: «Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne».113
Las enseñanzas de Pablo concuerdan aquí por completo con las del Jesús de los gnósticos. En el Evangelio de Tomás, por ejemplo, cuando los discípulos preguntan a Jesús sobre los beneficios de la circuncisión, él explica: «Si fuera beneficiosa, su padre los hubiera engendrado y circuncidado de su madre. Por el contrario, la verdadera circuncisión en espíritu es auténticamente provechosa».114
Lo que caracteriza a los cristianos rivales de Pablo no es su gnosticismo en contraposición al literalismo de Pablo, ni su literalismo en contraposición al gnosticismo de Pablo. No se trata de eso en absoluto. En lo que no están de acuerdo es en la relación entre los cristianos y las antiguas tradiciones judías, y en si el cristianismo debería estar abierto a los no judíos, y en caso afirmativo, de qué manera. En la época de Pablo, las luchas que se registraban en la Iglesia no eran entre literalistas y gnósticos, sino entre cristianos que tenían conceptos diferentes de las relación entre el cristianismo y el judaísmo.
De las epístolas de Pablo se deduce que estos judíos-cristianos más tradicionales viven en Jerusalén. La opinión tradicional decía que se trataba de Pedro y otros discípulos de Jesús que se mencionan en el Nuevo Testamento. Como ya hemos demostrado, esto es en realidad una interpretación de los testimonios que se basa en ideas preconcebidas e injustificadas. No hay absolutamente ninguna prueba que corrobore la creencia de que alguna vez existió una Iglesia de los apóstoles de Jerusalén como la que se imagina el cristianismo romano tradicional. 115 De hecho, ocurre todo lo contrario.
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
Evangelio de los ebionitas y también un Evangelio de los hebreos,’ un Evangelio de los doce apóstoles y un Evangelio de los nazarenos) Todos estos evangelios diferían significativamente de los del Nuevo Testamento.’ Esta forma de judío-cristiano logró sobre vivir durante muchos siglos.’ 120.
Para explicar por qué la Iglesia de Jerusalén estaba compuesta por judíos “gnosticos”! 116 Eusebio, el propagandista del literalismo, afirma que obvia mente todos ellos habían «apostatado» de su literalismo original y se habían convertido en herejes...por haber rechazado al “apóstol” Pablo y todas sus epístolas, el cristianismo tradicional originado por Pablo y seguir fieles a la ley de Moisés. ¡Pero no explica por qué ni cómo pudo suceder esto! En realidad, los datos que tenemos inducen a pensar que los judío-cristianos de Jerusalén siempre habían sido fieles a la ley de Moisés y datos históricos recientemente descubiertos, ellos rechazaron la idea tradicional de considerar a Jesús como su Mesías.121
Conclusión
Así pues, ¿era Pablo gnóstico? Examinemos lo que hemos descubierto:
— Los gnósticos afirmaban que su linaje espiritual provenía de Pablo y que conocían enseñanzas orales secretas que Pablo impartió a un grupo de discípulos escogidos.
— Muchos evangelios de los gnósticos se atribuían a Pablo, su «Gran Apóstol».
— Muchos grupos gnósticos afirmaban que Pablo era su padre fundador.
— Se sabe que a mediados del siglo u las comunidades a las cuales Pablo había dirigido sus epístolas ya eran centros de gnosticismo marcionista.
— Las epístolas pastorales de Pablo contra los gnósticos son falsas y datan de las postrimerías del siglo u. En las epístolas auténticas Pablo no es antignóstico y nunca menciona a un Jesús histórico.
— Los cristianos literalistas de comienzos del siglo u atacan a Pablo porque, según afirman, «contradice» la enseñanza verdadera y es
el «adversario» de Jesús.
— Pablo nació en Tarso, importante centro de los misterios paga nos, y con frecuencia utiliza términos mistéricos en sus epístolas. Incluso dice ser un «administrador de los misterios de Dios», que es el
Los MISTERIOS DE JESÚS
término que se usa para referirse a un sacerdote de los misterios paga nos de Serapis. Pablo cita a sabios paganos y enseña doctrinas paganas.
— Cuando se traducen como es debido, las epístolas de Pablo revelan un fuerte contenido gnóstico. Pablo emplea con regularidad términos que son propios del gnosticismo. Es un maestro de una iniciación pneumática. Viajó de forma mística al tercer cielo. Predica que Jesús vino sólo «en una carne semejante». Desdeña la religión ex terna. Dice que las Escrituras son «alegorías». Rechaza la ley de Jehová, a quien llama «el mediador» y «el dios de este mundo».
— Mientras que los literalistas veían la resurrección como la pro mesa de que saldrían de sus tumbas y experimentarían la inmortalidad del cuerpo después de la segunda venida, Pablo difunde la doctrina gnóstica que dice que la resurrección es una experiencia mística que puede tenerse aquí y ahora.
— El gran secreto que Pablo afirma ser capaz de revelar no es que Jesús estuvo realmente en la Tierra, sino la revelación mística de «Cristo en ti».
— Los gnósticos decían que, al igual que los evangelios, las epístolas de Pablo encerraban enseñanzas secretas cifradas. Pablo enseñaba de «dos maneras a la vez»: los misterios exteriores a los iniciados psíquicos y los misterios interiores a los iniciados pneumáticos. Las epístolas de Pablo pueden interpretarse de diferentes formas porque estaban concebidas para hablar a diferentes niveles simultáneamente.
— Pablo se desanima al ver que sus discípulos no están preparados para abandonar el cristianismo «elemental» y avanzar hacia un nivel más profundo.
Todos los datos de que disponemos llevan a pensar que Pablo era en verdad gnóstico, lo cual es justamente lo que desde el principio afirmaban los propios gnósticos. Con todo, pensándolo bien, nos pareció que llamar a Pablo gnóstico era, en cierto sentido, engañoso. Cuantas más vueltas dábamos a los datos que habíamos descubierto, más nos parecía que, en realidad, aplicar los términos «gnóstico» y «literalista» al cristianismo del siglo i no tenía sentido. De las epístolas de Pablo se desprende claramente que la comunidad cristiana de este período estaba profundamente dividida, pero el cisma no era entre gnósticos y literalistas, como ocurriría a finales del siglo u. Pablo no está ni en contra ni a favor de los gnósticos, porque en su tiempo
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el gran cisma entre gnósticos y literalistas aún no se había producido.
En tiempos de Pablo, las corrientes del pensamiento que se convertirían en el gnosticismo y el literalismo coexistían en armonía bajo la forma de las enseñanzas interiores y exteriores de los misterios de Jesús. La batalla teológica en la que participa Pablo es entre los iniciados en los misterios de Jesús que quieren mantener una identidad tradicional y típicamente judía y los que, al igual que él mismo, desean que sus nuevos misterios sean totalmente «modernos» y cosmopolitas.
Pablo presenta todas las características que esperaríamos encontrar en un iniciado en los misterios de Jesús, lo cual era una clara confirmación de la tesis de los misterios de Jesús. Cuando una teoría es verdadera, todo empieza a encajar. Nuestra nueva visión de los orígenes del cristianismo explicaba los datos que teníamos, poseía coherencia interna, una hermosa sencillez y una maravillosa ironía. No obstante, aún había algo que nos preocupaba.
La tesis de los misterios de Jesús sugería que los judíos habían crea do su propia versión de los antiguos misterios con Jesús como su Osiris-Dioniso. ¿Cómo pudo suceder esto? La historia tradicional presenta a los judíos como un pueblo cerrado, separado y distinto de las otras culturas mediterráneas, de un nacionalismo acérrimo y fanáticamente devoto de su religión, extremadamente leal a su dios único, Jehová, y totalmente hostil al paganismo de sus vecinos. Vistas las cosas desde esta perspectiva, la idea de que los judíos pudieron adoptar los misterios paganos parece impensable. Y lo sería, si alguna de estas cosas fuera cierta.
Notas.
1. E. Pagels, 1975, pp. 9-10.
2. Ibid., p. 2.
3. E. Pagels, 1979, p. 62. Clemente, Stromata 7.17, deja constancia de que los gnósticos afirmaban que Teudas había recibido enseñanzas secretas de Pablo, los «misterios más profundos» que Pablo guardaba en su enseñanza pública y sólo impartía a unos cuantos discípulos en secreto, véase E. Pagels, 1988, p. 61.
4. W. Kingsland, 1937, p. 35.
5. B. M. Metzger, 1987, pp. 90 ss. En la época moderna se han investigado las colecciones más antiguas de epístolas de Pablo, todas las cuales contienen pró logos. Siete de ellos se parecen tanto que hacen pensar en un origen común, y como consideran
Los MISTERIOS DE JESÚS
que Pablo es el «apóstol verdadero» y su contenido es muy antijudío, actualmente se cree que son obra de seguidores de Marción. Estos siete prólogos van unidos a las mismas epístolas paulinas que también ahora se aceptan como auténticas y se sabe que las iglesias a las que van dirigidos eran baluartes marcionistas a mitad del siglo 1 u. Todo esto induce a pensar que Marción, como afirmaba él, era realmente el heredero de Pablo. Al aumentar hasta trece el número de epístolas de Pablo, fue necesario escribir otros prólogos. Estas «obras burdas» se han fechado en los siglos iv y y.
6. S. Hollyrod, 1994, p. 39.
7. J. M. Robinson, 1978, p. 256. En el Apocalipsis de Pablo se describen las visiones del apóstol en diez cielos —siete inferiores y tres supernos—, no sólo el tercero que Pablo describe en la carta a los Corintios. Otro texto, la Hipóstasis de los arcontes, llama a Pablo «el Gran Apóstol» y explica su enseñanza en Colosenses 1,13, sobre el «poder de las tinieblas», véase Robinson, p. 163. El texto explica que se trata de los planetas y las estrellas que controlan la suerte y el destino, justamente lo que Pablo piensa que son.
8. W. Barnstone, 1984, p. 652. Epifanio, el literalista perseguidor de herejías del siglo iv, se queja: «Inventaron otro librito a nombre de Pablo el Apóstol, lleno de cosas incalificables, que los llamados gnósticos utilizan y llaman la Ascensión de Pablo; el pretexto (por llamarlo así) lo encuentran en el hecho de que el Após tol dice que ascendió al tercer cielo y oyó palabras inefables que a un hombre no le está permitido pronunciar. Y éstas, según dicen, son las palabras inefables».
9. Ibid., p. 445.
10. G. Lüdemann, 1995, pp. 198-199, llama a estas falsificaciones «insensatas», ya que sólo consiguen «llamar la atención sobre las luchas» entre los gnósti cos y la Iglesia ortodoxa por hacer suya la poderosa figura de Pablo. El autor de 2 Tesalonicenses, en un patético intento de sugerir autenticidad, escribe: «El saludo va de mi mano, Pablo. Ésta es la firma en todas mis cartas; así escribo». Se trata de una de las numerosas añadiduras a las epístolas de Pablo que hicieron los escribas, normalmente para lanzar amenazas contra los disidentes. Véase 1 Corintios 16,21, donde el autor tranquiliza al lector diciendo: «El saludo va de mi mano, Pablo». La más ridícula se encuentra en Gálatas 6,11-18, donde un escriba se embarca en una polémica contra los judíos, pero la introduce con las supuestas palabras de Pablo: «Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propio puño».
11. Lüdemann, op. cit., p. 61. En relación con las epístolas paulinas, Lüde mann escribe: «Generalmente, los estudiosos están de acuerdo en que de las trece epístolas que existen, siete son auténticas (Romanos 1 y 2, Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón), mientras que las demás fueron redactadas por discípulos posteriores y atribuidas al apóstol». Véase G. A. Wells, 1975, p. 17, que hace referencia al testimonio de Schmithal, según el cual todas las principales epístolas paulinas, aparte de Gálatas, también son invenciones. En los primeros tiempos de la Iglesia, los adversarios de Pablo no tenían inconveniente en alterar las epístolas del apóstol. Tanto Ireneo como Tertuliano, por ejemplo, citan la Epístola
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a los Gálatas pero omiten la palabra «no» en un pasaje clave, con lo cual el significado de lo que dice Pablo deja de ser negativo y se convierte en positivo, vea se E. Pagels, 1975, p. 104.
12. L Wilsori, 1984, p. 154. Pruebas efectuadas con ordenadores han confirmado la sospecha que desde hace tiempo tenían los eruditos en teología consisten te en que el autor de las epístolas a Timoteo y Tito no fue Pablo, véase Lüdemann, op. cit., p. 288.
13. E. Pagels, 1975, p. 5. Los gnósticos valentinianos citan sólo Romanos 1 y
2, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses y Hebreos. Esta lista se corresponde exactamente con la colección paulina autenticada más antigua que se conoce y que procede de Alejandría.
14. Lüdemann, op. cit., p. 135.
15. B. M. Metzger, 1987, p. 202, hablando del intento de Eusebio de definir un canon aceptado, dice: «Lo máximo que puede reflejar Eusebio es una incertidumbre tan grande que parece confundirse cuando hace una declaración sobre ella». No obstante, admite que la autenticidad de las epístolas de Santiago y Judas está en duda, véase Eusebio, 1965, p. 61, véase también 2 Pedro y 2 y 3 Juan. Considera espurio el Apocalipsis. Tras leer sus cautas declaraciones nos queda un canon de cuatro evangelios, las epístolas de Pablo menos las pastorales, y 1 Pedro y 1 Juan.
16. Pagels señala que es sorprendente que Ireneo empiece su tratado Adversus haereses, que afirma «la autoridad de los apóstoles para oponerse a los gnós ticos, citando tanto a Timoteo como a Tito», véase Pageis, op. cit., p. 5. También habla de la actitud defensiva que Tertuliano adopta ante el asunto y dice que es instructiva. Señala que los herejes se han atrevido a impugnar la validez de las pastorales pero insiste en que «el mismo Pablo» que escribió Gálatas también escribió Tito.
17. Pagels, op. cit., p. 163. Las pastorales se llaman así porque se preocupan principalmente por cómo debe organizarse la Iglesia. Como señala Pageis, las epís tolas auténticas como «Efesios, Colosenses y Hebreos, en cambio, prácticamente hacen caso omiso del papel de Pablo como organizador de congregaciones eclesiásticas ».
18. 1 Timoteo 4,7.
19. 1 Timoteo 1,4.
20. 1 Timoteo 6,20-2 1.
21. 1 Timoteo 5,20.
22. 2 Timoteo 2,18. El texto llama a esta doctrina en particular «gangrena ».
23. W. Barnstóne, 1984, p. 445. La compañera de Pablo, Tecla, que bautiza ba y predicaba, formaba parte de una tradición oral muy arraigada en Siria.
24. 1 Timoteo 2,11-12.
25. E. Pagels, 1975, pp. 8-10.
26. Lüdemann señala otros ejemplos de hostilidad a Pablo en el siglo u ade más de la vigorosa polémica de Clemente. Hechos contiene críticas veladas a Pablo
Los MISTERIOS DE JESÚS
Según los criterios de Hechos 1, 21 ss., a Pablo no se le puede considerar apóstol porque no estuvo con Jesús en vida de éste y no había visto al Jesús resucitado, véase G. Lüdemann, 1995, pp. 54, 57, 199. Pagels sugiere que los cristianos eclesiásticos quizá hubieran preferido excluir las epístolas de Pablo, «pero era demasiado tarde, ya era un apóstol principal y gozaba de gran consideración», véase Pageis, op. cit., p. 161. En las postrimerías del siglo II los literalistas, por tanto, cambiaron de táctica. Las epístolas pastorales 2 Tesalonicenses, 3 Corintios y otros documentos son falsos y se crearon para refutar determinadas doctrinas gnósticas/paulinas en nombre del propio apóstol, véase Lüdemann, op. cit., p. 201.
27. Homilía, 17.15.2, citada en Lüdemann, p. 58.
28. Ibid., 19.1-7, citada en Lüdemann, p. 58.
29. Ibid., 2.17.4, citada en Lüdemann, p. 59.
30. Pagels, op. cit., pp. 9-10, y véase p. 161: «Fuentes eclesiásticas que sí hacen referencia a Pablo suelen expresar hostilidad; las Pseudo-clementinas sugieren que, inspirado por Satanás, Pablo, al igual que Simón Mago, divide a la comunidad romana encabezada debidamente por Pedro”.
31. R. Doran, 1995, p. 5., que dice que Pablo es el «punto de inflamación» de la creciente tradición cristiana. S. G. F. Brandon, 1969, pp. 310, dice que es la «figura difícil del cristianismo primitivo»; Lüdemann, op. cit., pp. 61 Ss., le llama el «único hereje del período primitivo».
32. Lüdemann, op. cit., p. 65. La lengua natal de Pablo era la griega y utiliza sólo la versión del Antiguo Testamento que aparece en la Biblia de los setenta. Véase 5. G. F. Brandon, 1969, p. 313, que señala que en Gálatas 1, Pablo declara que su enseñanza estaba pensada de forma especial para que la entendiesen los no judíos. Lüdemann comenta que mientras que los evangelios son «crónicas en tercera persona», «con frecuencia contradictorias» y que «no proceden de testigos oculares», en Pablo «oímos su propia voz en su lengua natal, sin ningún ruido de fondo, accesible para todos los que se tomen la molestia de leerlo>. Véase Lüdemann, op. cit., p. 61.
33. G. A. Wells, 1975, p. 183.
34. D. Ulansey, 1989, pp. 68 ss. Estrabón escribe: «La gente de Tarso se ha dedicado con tanta avidez no sólo a la filosofía, sino también a la educación en general que ha superado a Atenas, Alejandría o cualquier otro lugar que pueda nombrarse donde ha habido escuelas y conferencias de filósofos». Atenodoro de Tarso llegó a ser preceptor del emperador Augusto. A su vez, Atenodoro era discípulo de Posidonio, del que cabe argüir que fue el filósofo más grande del siglo 1 a.n.e. Pompeyo se desvió en dos ocasiones de sus campañas en Asia Menor para visitar a Posidonio, y Cicerón lo califica de amigo. Es uno de los primeros astrónomos en construir un planetario que, según dice Cicerón, «muestra en sus revoluciones los movimientos del Sol y las estrellas y los planetas, de día y de noche, justamente como aparecen en el cielo», véase Cicerón, De natura deorum, 159. En sus viajes a Britania descubrió que la luna gobierna las mareas. Seguramente pensó que era una prueba segura del primer axioma de la astrología, a saber: que los cuerpos celestes-
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Tienen un efecto directo en el mundo físico. Todos los conocimientos astro nómicos y astrológicos que adquirieron los intelectuales de Tarso, en particular el descubrimiento de la presesión de los equinoccios por parte de Hiparco, que trabajaba en la cercana Rodas, hicieron una aportación importante a las doctrinas del mitraísmo. Fue en esta ciudad donde nació Pablo, en una época en que Tarso se hallaba en la cumbre de su poder y su influencia.
35. Ulansey, op. cit., p. 68. Tarso era la capital de Cilicia, donde, según Plu tarco, los misterios mitraicos ya se practicaban en 67 a.n.e. Ulansey opina que es significativo que la aparición del mitraísmo coincida casi exactamente con la vida de Posidonio y tenga lugar en la misma parte del Mediterráneo. El descubrimien to de la precesión de los equinoccios por parte de Hiparco reveló que en el ciclo llamado «gran año» el Sol pasaba de Aries a Piscis en el equinoccio de primavera. La iconografía mitraica representa a Mitra como el dios que hace girar la rueda del gran año y con ello da entrada a la nueva era. Pablo se muestra consciente de «la era que pasa».
36. E C. Happold, 1963, p. 186; véase también St Paul and the Mystery of Religions de H. Kennedy. Todos los términos que emplea Pablo para referirse a los cristianos «maduros’> o «perfectos» son variaciones del griego telete: «iniciación». «Maduro» es teleion, «al nivel de la madurez» es ten teleioteta, «el hombre per fecto» es andra teleion, «el hombre imperfecto» es ateles. Véase también E. Pageis, 1975, pp. 148, 149 y 123.
37. 1 Corintios 12,31.
38. W. Burkert, 1992, p. 93, escribe: «Una de las características principales de los misterios es el makarismos, la alabanza del estado de «bienaventuranza» de aquellos que han «visto» los misterios. Tal vez a los cristianos carismáticos les in teresaría conocer la antigua raíz de su nombre».
39. 1 Corintios 4,1.
40. G. A. Wells, 1975, p. 23. El culto alejandrino de Serapis y su consorte, Isis, estaba muy extendido en el mundo grecorromano de entonces. Es muy posi ble que Pablo fuera un «administrador de los misterios» de Serapis. El emperador Adriano escribe lo siguiente sobre los ciudadanos de Alejandría: «Aquí ves cristia nos que adoran a Serapis y adoradores de Serapis que se hacen llamar obispos de Cristo», véase G. D’Alviella, 1981, p. 103.
Quizá esto aclare un pasaje del Nuevo Testamento que causa confusión entre los estudiosos. En Cencreas, cerca de Corinto, mientras esperaba el momento de embarcar con destino a Éfeso, Pablo «se había cortado el pelo porque tenía hecho un voto>’. Es una noticia curiosa y no concuerda con la ley judía, que dice que el pelo sólo debe cortarse en Jerusalén. Cerca de Cencreas, sin embargo, había un templo de Isis donde los marineros griegos se cortaban el pelo y lo dedicaban a la diosa bajo el nombre de «Stella Maris» con la esperanza de una travesía sin peligros. Ver Hechos 18:18, donde Pablo cumple con este voto pagano.
41. Hechos 17,28.
42. En 1 Corintios 15,36, Pablo usa la más ubicua de las imágenes de los misterios
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Los MISTERIOS DE JESÚS
la siembra y la recolección de las cosechas como símbolo de la muerte y la resurrección místicas de un iniciado. Habla del brote de un grano de trigo como imagen de la resurrección y escribe: «Lo que tú siembras no revive si no muere».
43. Platón, Apología, 23b: «Es el más sabio aquel que, al igual que Sócrates, sabe que su sabiduría no vale nada».
44. 1 Corintios 8,2.
45. Platón, Fedro, 250b: «Porque no hay luz de las ideas superiores que son preciosas para las almas en sus copias terrenales, son vistas en un espejo confusa mente».
p. 249.
1 Corintios 13,12.
La traducción de Phillips, citada en E C. Happold, 1963, p. 194.
Platón, La República, Libro 7
Eurípides, Las bacantes, 207, verso 501.
Citado en S. Angus, 1925, p. 61.
Justino Mártir, Diálogo con Trifón, 2.3, citado en E. R. Dodds, 1951,
52. Platón, Fedón, p. 11 lc. El gnóstico Valentín también escribió lo siguien te del logos: «que hablaba de realidades cara a cara», véase G. R. S. Mead, 1906,
p. 299.
53. 1 Timoteo 6,13.
54. Romanos 8,3: «Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado» y Filipenses 2,7: «haciéndose semejante a los hombres».
SS. Para Celso era obvio que el cristianismo y el mitraísmo enseñaban la misma doctrina, véase R. J. Hoffmann, 1987, p. 95. Como señala Ulansey, el cristianismo y el mitraísmo eran «religiones hermanas que nacieron al mismo tiempo y en la misma región geográfica», véase Ulansey, 1989, p. 4. Brandon escribe: «Las numerosas referencias que hace Pablo a los arcontes, los stoicheia y los pleroma indican que estaba muy familiarizado con los conceptos esotéricos de una jerarquía gnóstica de poderes sobrenaturales», véase S. G. F. Brandon, 1969, p. 44.
56. Romanos 14,5: «Éste da preferencia a un día sobre todo; aquel los considera todos iguales ... Bien sé ... que nada hay de suyo impuro; a no ser para el que juzga que algo es impuro, para ése si lo hay». Filipenses 3,3: «... los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne». Colosenses 2,20-22: « qué sujetaros ... a preceptos como “no tomes”, “no gustes”, “no toques”, cosas todas destinadas a perecer con el uso y debidas a preceptos y doctrinas puramente humanos?». Como hemos señalado, los gnósticos predicaban la misma libertad respecto de las leyes humanas, especialmente las leyes religiosas. Simón de Samaria citó a Pablo en defensa de su propia libertad y dijo: «Los hombres son salvados por la gracia, y no debido a sus propias obras justas». Los seguidores de Carpócrates se declaraban salvados «por la fe y el amor» y consideraban todas las cosas «ni buenas ni malas en sí mismas, sino sólo por convencionalismo», véase E. Pagels, 1975, pp. 44-45.
57. 2 Corintios 3,12-18. Las imágenes que Pablo utiliza aquí se parecen de
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
forma asombrosa a los ritos de iniciación en los misterios griegos. Los neófitos lle vaban velo, de ahí que les llamasen «novias». En esta etapa se les conocía por el nombre de mystae: aquellos con «los ojos cerrados». Sólo en la etapa más alta de la iniciación se quitaban el velo y los mystae se convertían en epoptae: aquellos que habían «visto». Ésta es la etapa que deberían haber alcanzado los corintios, según inisiste Pablo.
58. Romanos 1,9-14, citado en Pagels, op. cit., p. 15.
59. Romanos 1,13.
60. Pagels, op. cit., p. 15.
61. 1 Corintios 2,9.
62. Citado en Pagels, op. cit., p. 58. Hipólito deja constancia de esto como el juramento de guardar el secreto que se prestaba en el grupo gnóstico de Justino. También aparece en el Evangelio de Tomás, dicho 17, y en la primera epístola de Clemente, véase A. Louth, 1968, p. 37.
63. 1 Corintios 2,6.
64. 1 Corintios 2,6-8.
65. 5. G. E Brandon, 1969, p. 327.
66. W. R. Inge, 1899, p. 81. Inge señala que Pablo utiliza otros términos como pleroma.
67. Filipenses 1,9. En 1 Corintios Pablo parece quitar importancia a la gnosis y afirma: «La gnosis se engríe». Pero Clemente explica que esto no debe inter pretarse como “vanagloriarse”, sino que en realidad significa «albergar sentimien tos grandes y profundos», véase Stromata, 68. Para los gnósticos, incluido Clemente, la gnosis era la iniciación pneumática del aliento santo o espíritu.
68. Colosenses 2,3.
69. Efesios 3,3.
70. 2 Corintios 12,4.
71. 2 Corintios 3,6.
72. Gálatas 4,24.
73. 1 Corintios 10,6.
74. Véase G. Lüdemann, 1995, p. 26. Los literalistas Ireneo y Tertuliano predicaban la resurrección de la carne. Con tal fin usaban una tortuosa exégesis de 1 Corintios 15, que, a pesar de ello, no logró resolver el problema de la negación categórica de esta doctrina por parte de Pablo en 1 Corintios 15,50.
75. 1 Corintios 15,50. Evidentemente, a Ireneo no le gustaba este versículo
y se quejó diciendo: «Todos los herejes introducen siempre este pasaje», véase E. Pagels, 1975, p. 85. Para contrarrestar a los discípulos gnósticos de Pablo, en el siglo II alguien escribió 3 Corintios con la intención de sembrar dudas sobre
1 Corintios, véase E L. Cross, 1958, p. 1.031, que declara: «En cuanto a los que
os dicen que no hay resurrección de la carne, para ellos no habrá resurrección».
3 Corintios 24, véase Lüdemann, op. cit., p. 224. Debido al triunfo de los literalistas en el siglo iv, 3 Corintios dejó de ser necesaria y no se incluyó en el canon.
Los MISTERIOS DE JESÚS
76. Citado en Pagels, op. cit., pp. 5 y 14.
77. 2 Corintios 6,2.
78. Efesios 2,6.
79. Romanos 6,4 y 8,11, citado en W. R. Inge, 1899, p. 64, que señala: «El lenguaje místico de Pablo sobre la muerte y la resurrección ha dado lugar a muchas controversias».
80. Filipenses 3,10-11.
81. Galatas 2,20.
82. Romanos 6,3-6. Véase J. Campbell, 1955, p. 238: «Forma parte de la na turaleza del culto mistérico que los mystae vivan la misma experiencia que su dios, que, como dice san Pablo, mueran con él, sean enterrados con él, renazcan con él y resuciten con él».
83. Colosenses 1,27.
84. Galatas 1,15.
85. 1 Corintios 12,12, véase también Romanos 12,4.
86. Efesios 4,25.
87. Citado en W. R. Inge, 1899, p. 69, que señala que los herejes decían que esto era una «clara admisión de que el culto del “hombre Cristo Jesús” es una eta pa por la que hay que pasar y luego dejarla atrás».
88. Citado en E. Pagels, 1975, p. 7.
89. Ibid., p. 5.
90. 1 Corintios 2,2.
91. Romanos 1,4 y 1 Corintios 2,2, citado en Pagels, op. cit., p. 5.
92. 1 Corintios 2,14-15.
93. Pagels, op. cit., p. 7.
94. Pablo se llama a sí mismo apóstol «entre todos los gentiles» en Romanos
1,5 porque es un maestro pneumático de los misterios interiores. Sin embargo, viene a enseñar a los cristianos de todos los niveles, a «los sabios [ y a los ignorantes jpsíquicos]», véase Romanos 1,14.
95. Pagels, op. cit., p. 7.
96. Citado en ibid., p. 59. Asimismo, en su Epístola a los Hebreos 5,11-14, Pablo se impacienta porque sus seguidores todavía no están preparados para ir más allá de las enseñanzas elementales. Escribe: «Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tar dos de entendimiento. Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos di vinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido. Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño. En cambio, el manjar sólido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal». Véa se Pagels, op. cit., pp. 148-149.
97. Citado en Pagels, op. cit., pp. 148-149, ligeramente adaptado.
98. En Gálatas 3,2-3 Pablo pregunta: « el Espíritu por las obras
¿ERA GNÓSTICO PABLO?
de la ley o por la fe en la predicación? ¿Tan insensatos sois? Comenzando por Espíritu, ¿termináis ahora en carne?».
99. En Filipenses 3,5-6 Pablo da una explicación completa de su justificación de acuerdo con la ley judía: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, y fariseo, «en cuanto a la justicia de la ley, intachable». Es sorprendente que en el versículo 8 diga que todo eso no tiene valor para él.
100. Hebreos 8,13.
101. 2 Corintios 3,17.
102. Romanos 14,1-14.
103. 1 Corintios 6-12.
104. Gálatas 3,10.
105. Gálatas 3,13.
106. Romanos 7,6.
107. Gálatas 3,20; véase también E. Pagels, 1975, pp. 107-108.
108. 2 Corintios 4,4.
109. 2 Corintios 11,4.
110. Filipenses 3,2.
111. Gálatas 5,2.
112. Gálatas 5,12.
113. Filipenses 3,3.
114. Citado en J.M. Robinson, 1978, p. 132, Dicho 53.
115. S. G. E Brandon, 1969, p. 268.
116. G. Lüdemann, 1995, p. 31. Al parecer, este grupo de apóstatas era lo
único que quedaba de la Iglesia de Jerusalén que Dios había preservado tan cui dadosamente de la destrucción en 70 d.n.e.
117. Barnstone, op. cit., p. 333.
118. G. R. S. Mead, 1906, p. 129.
119. Debemos recordar que estos nazarenos no sabían nada de la leyenda de Nazaret, que fue creada posteriormente por los historiadores de la escuela que
creaba leyendas «con el fin de que pudieran cumplirse», véase ibid., pp. 128-129.
120. Ibid. Los nazarenos todavía se encontraban dispersos por toda Siria y
por la Decápolis a finales del siglo iv.
Los misterios de Jesús
121. Shlomoh Pines (Una Nueva fuentes sobre los judío-cristianos, de un manuscrito árabe).
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